30 de junio de 2025

Noticias Ahora el Campo

Sitio de noticias del agro

Interna libertaria. Villarruel, Milei y la presidencia provisional del Senado; historia de una feroz puja política

Aislada por el entorno de Javier Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel decidió enviar una clara señal política a la Casa Rosada. No iba a rechazar la decisión de que acotarán su papel al manejo del Senado, pero lo haría a su manera. Así fue como comenzó a gestarse la caída del formoseño Francisco Paoltroni de la presidencia provisional de la Cámara alta, sitial en el que había sido designado por el propio jefe del Estado.

El golpe sobre la mesa de la vicepresidenta se corporizó este último miércoles con la elección del puntano Bartolomé Abdala en el cargo para el que había sido designado Paoltroni y fue el resultado de una novela política cruzada de tensiones y resquemores personales que nadie puede decir que haya alcanzado su capítulo final.

La crisis entre los senadores libertarios viene de larga data. Todo empezó el 27 de noviembre, apenas una semana después de las elecciones que le habían dado a La Libertad Avanza siete escaños en la Cámara alta. Esa noche, en unas oficinas de avenida del Libertador al 7000 y con al ahora ministro del Interior Guillermo Francos y Villarruel de testigos, los legisladores eligieron a Abdala como futuro presidente de la bancada en un votación secreta. Contados los sufragios, el puntano había reunido cuatro papeles con su nombre contra tres a favor del jujeño Ezequiel Atauche.

Sin embargo, al día siguiente la otra senadora por San Luis, Ivanna Arrascaeta, dijo que se había equivocado de “papelito” y que quería votar a Atauche. Nunca quedaron claras las razones por las que Villarruel avaló el pedido de la senadora, pero lo cierto es que a pedido de la vicepresidenta se volvió a practicar otra votación, esta vez en unas oficinas cerca de Plaza de Mayo. Ya sin electores confundidos, Atauche ganó 4 a 3 y se quedó con la jefatura del bloque libertario.

Alrededor de la figura de Arrascaeta circulan historias inquietantes. Al menos dos fuentes libertarias confiaron a LA NACION que quien realmente ejerce el escaño es su esposo, Rodolfo Negri. Se trata de un empresario, dueño de una clínica en Villa Mercedes (San Luis) que cobró relevancia porque por su oposición al gobierno de Alberto Rodríguez Saa el PAMI le quitó las cápitas para atender a jubilados.

Esta versión se ve alimentada por una anécdota según la cual Negri apareció en una reunión reservada a los legisladores libertarios electos y que, como no entendía las indirectas para que se retirara, alguien le pidió a Arrascaeta que le dijera que se fuera. Dicen que la legisladora respondió que ella ocupó las listas por una cuestión de cupo femenino, pero que el verdadero dueño del escaño era su marido y que, por lo tanto, podía quedarse. Y así lo hizo.

Negri tiene una pelea de vieja data con Abdala, al que lo acusa por su pasado ligado a los Rodríguez Saa y por haberle quitado el protagonismo como referente libertario en la provincia, lugar al que Negri dice haber llegado al menos un año antes, cuando su rival todavía integraba el Pro. Estas habrían sido las razones que lo llevaron a jugar fuerte, a través de su esposa, para desplazar a Abdala de la jefatura del bloque.

Sin embargo, la movida terminó volviéndosele en contra a Negri. Frustrado su intento por la jefatura de bloque, Abdala fue por la provisional. Para esa altura del juego, Paoltroni ya había sido confirmado en ese lugar por el propio Javier Milei, tal como se difundió en uno de los comunicados de la oficina del presidente electo en los días previos al 10 de diciembre.

En su afán por obtener un cargo, Abdala no dudó en abjurar de la alianza que tenía con Paoltroni -le había prometido su apoyo para la provisional a cambio de su voto para jefe de bloque-, y se acercó a Atauche para perjudicar al formoseño.

A esta altura de la historia empezaron a tallar otros dos factores que terminaron armando la tormenta perfecta para la caída de Paoltroni.

La primera fue el alto perfil adoptado por el senador por Formosa, que empezó un raid mediático hablando en representación de una bancada que apenas si se había reunido un puñado de veces hasta ese momento, y una de ellas fue la fallida votación que había consagrado a Abdala. Además, se habría “cortado solo”, anticipando jugadas y sentándose a negociar con senadores kirchneristas y de otras fuerzas a espaldas de Villarruel.

La segunda, y tal vez más importante, fue el enojo de Karina Milei con Villaruel, que derivó en el aislamiento de la vicepresidenta electa y su pérdida de peso en el armado del gabinete. Como prueba del cambio de clima en la fórmula electa quedan los fallidos anuncios de que Villarruel manejaría las áreas de Seguridad y Defensa.

Condenada a cumplir el rol de “tocar la campanita” en el Senado por el entorno de Milei, la vicepresidenta decidió dar un golpe de efecto y jugar fuerte en la definición del nombre del presidente provisional.

El factor Insfrán

Otro factor político entra en juego en este momento y es el enojo de Gildo Insfrán con la determinación de Milei de darle un papel relevante a Paoltroni, un político que cada vez que puede tilda de tirano al eterno gobernador peronista. Este malestar fue transmitido por el jefe del bloque del Frente de Todos, el formoseño José Mayans, que pidió la cabeza del productor agropecuario en una reunión reservada que mantuvo con Villarruel y su mano derecha, el entonces diputado electo Guillermo Montenegro, en la semana previa al traspaso de mando.

A ese supuesto acuerdo político entre el dúo Mayans-Insfran con la vicepresidenta se refirió de manera críptica Paoltroni cuando arrancó su discurso del último miércoles con la frase “La casta me dio la bienvenida”.

El operativo de pinzas, Abdala y Atauche por un lado y Villarruel por el otro, terminó de cerrarse la semana pasada. Por eso Paoltroni denunció el día anterior a la jura de Milei que había un complot para arrebatarle el lugar en el que lo había designado el Presidente.

Ya era tarde, la suerte estaba echada. Tanto que en la mañana misma del último miércoles hubo una nueva votación en el bloque libertario para elegir otro nombre que no fuera ni el de Abdala ni el de Paoltroni para presidente provisional y zanjas así la feroz interna que se había desatado. Esa elección la habría ganado el riojano Juan Carlos Pagoto. Pero Villarruel mandó desactivar todo cuando se enteró de la movida. Quería poner ella el nombre.

Una vez más los senadores libertarios acataron la orden que “vino de arriba”, como dijo Atauche en un contacto con los periodistas acreditados en el Senado. Así fue como Abdala terminó jurando el cargo. Y Paoltroni enojado, anunciando en pleno recinto que votará con libertad de conciencia y advirtiendo que “el que las hace las paga”.