BRASILIA.- El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, llegó el lunes a la capital brasileña como parte de su gira por varios países latinoamericanos en momentos en que el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, impulsó una propuesta de paz para Ucrania que fue cuestionada tanto por Kiev como por las potencias de Occidente.
Lavrov, que en Brasil inicia una gira por América Latina que incluye visitas a Cuba, Venezuela y Nicaragua, se reunió primero esta mañana con su par brasileño, Mauro Vieira, en un encuentro que había sido programado en marzo, cuando se reunieron al margen de la cumbre del G-20 en Nueva Delhi.
Su encuentro con Lula da Silva tendrá lugar a las 17 locales en la residencia oficial de La Alvorada, indicó una fuente de la presidencia.
En una breve declaración a la prensa, Lavrov reiteró que Moscú quiere que el conflicto en Ucrania sea “solucionado lo más rápidamente posible”, pero “precisamos resolverlo de una forma duradera y no inmediata”, agregó.
“Estamos agradecidos a la parte brasileña (…) por la contribución a una solución al conflicto”, dijo Lavrov.
Lula está impulsando negociaciones para poner fin a la guerra, presentando a Brasil como un intermediario neutral. Propuso además crear un club de naciones, que incluya a Brasil y a China, que se dedique a tratar de resolver la crisis en Ucrania.
El domingo, Lula dijo a periodistas en Abu Dabi que tanto Rusia como Ucrania habían decidido ir a la guerra, y el día anterior en Pekín señaló que Estados Unidos y sus aliados europeos deberían dejar de “estimular” los combates y más bien dedicarse a buscar la paz.
“Estamos intentando formar un grupo de países que no tengan ningún tasa de implicación con la guerra para hablar con Rusia y Ucrania, pero también con Estados Unidos y la UE, para convencer a la gente de que la paz es la mejor manera de establecer un proceso de conversación”, detalló Lula.
Como parte de sus esfuerzos para poner fin a las hostilidades, Lula también se ha abstenido de enviar armas a Ucrania – pese a los pedidos del canciller alemán Olaf Scholz- ya que argumenta que equivaldría a que Brasil ingrese en la guerra.
El líder izquierdista causó inquietud en Occidente tras sus declaraciones. El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, expresó el lunes su escepticismo sobre las posibilidades de éxito de los esfuerzos de paz en el conflicto con Moscú y afirmó que “Rusia quiere la guerra”.
“No se puede decir que se está a favor de la paz mientras se intenta conquistar más territorio, se cometen más atrocidades, se destruyen pueblos y ciudades”, añadió el ministro en una rueda de prensa conjunta con su homólogo iraquí Fuad Husein.
El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, criticó a su sucesor por la posición asumida frente al conflicto en Ucrania.
“En China el tipo acusa a Estados Unidos de incentivar la guerra y dijo también que el conflicto es algo que solo le interesa a (Vladimir) Putin y (Volodimir) Zelensky”, afirmó Bolsonaro en las redes sociales.
”Lula, Dilma y Stédile (líder de los Sin Tierra) juntos, dieron una vez más un vejamen a la política externa brasileña”, enfatizó el exgobernante de extrema derecha que en 2021 visitó al presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú y le expresó su solidaridad días antes de iniciar la invasión a Ucrania.
Días atrás, Celso Amorim, asesor especial de la presidencia brasileña y excanciller, realizó un viaje discreto a Moscú, donde se reunió con el presidente Putin. Viera dijo a periodistas recientemente que Amorim “fue a escuchar y a decir que ha llegado la hora de dialogar”.
Los críticos argumentan que la posición de Brasil en cuanto a la guerra de Ucrania busca evitar un suplidor clave de fertilizantes para sus cultivos de soya, exportaciones que en gran medida van destinadas a China. Tanto Rusia como China tienen escaños permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y Brasil desde hace décadas ha buscado unirse.
Gira por América Latina
La gira latinoamericana del canciller ruso será del 17 al 21 de abril e incluirá además de Brasil visitas a Venezuela, Cuba y Nicaragua, países en los que promoverá la cooperación en los ámbitos político, comercial, económico y cultural, informó de su lado el medio cubano Prensa Latina.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, cuyo país enfrenta la peor crisis económica en treinta años, recibirá a Lavrov el próximo 19 de abril, la misma fecha en que el Parlamento realizará la elección del presidente, en la que el mandatario actual podría ser reelegido por cinco años más.
Díaz-Canel viajó a fines de noviembre a Rusia como parte de una gira internacional que también lo llevó a Argelia, Turquía y China. Al final del periplo dijo que había firmado varios acuerdos de suministro de petróleo con Rusia y Argelia.
Sin embargo, la escasez del combustible continúa. Esta semana, el mandatario declaró que se debe a que los países que proporcionan crudo a Cuba también enfrentan “una situación energética compleja” y no han cumplido con sus compromisos.
A fines de diciembre, Cuba anunció que Moscú y La Habana querían fortalecer su “asociación estratégica” en 2023, con “la voluntad común de profundizar el diálogo político y los vínculos económicos, comerciales, financieros y de cooperación”.
La isla ha estado sujeta a un embargo de Estados Unidos desde 1962. Moscú, en tanto, es objeto de sanciones por parte de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea desde que invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022.
Agencias AFP, AP y Reuters
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