Hace exactamente 20 años, Néstor Kirchner conseguía el 22,25% de los votos. Así empezó su camino a la presidencia de la Nación ante la retirada de Carlos Menem de su segura derrota en la segunda vuelta. Así empezó el ciclo más autoritario y corrupto desde 1983. Así empezó la enfermedad infantil del peronismo que intentó instalar un nacional populismo chavista y que destruyó los principales valores de nuestro pueblo.
Hace exactamente 20 años, Néstor Kirchner arrancó su experimento nefasto de trasladar a nivel nacional el modelo feudal que había fundado en Santa Cruz.
Hoy podemos hacer un balance de la catástrofe económica, social e institucional que produjeron. De todas las calamidades que inocularon en la sociedad creo que la más grave es el odio al que piensa distinto y la fabricación de una grieta que nos va a llevar años poder cerrar.
Néstor y Cristina siempre fueron malas personas con voracidad por el poder y el dinero. Pero encontraron en las teorías del neo populismo marxista de Ernesto Laclau la justificación ideológica para su mezquindad, maltrato, codicia y la estigmatización de sus enemigos.
Los resultados de la hecatombe que produjeron explotaron en la actualidad y por eso, la gran mayoría de argentinos lo definen como el peor gobierno de la historia democrática.
Han logrado convertir a nuestro sufrido país en tierra arrasada. Es tan grande la inoperancia del fanatismo ideologista que dinamitaron hasta su propia coalición de gobierno. Era el Frente de Todos contra todos. Y hoy es el Frente de Casi Todos o el Frente de Todos menos uno. Obviamente, ese menos uno, es Alberto, el presidente de la Nación elegido por el dedo y un tuit de Cristina. No conforme con eso, la reina del Calafate quiere repetir la historia bendiciendo la candidatura de un panqueque fracasado como Sergio Massa. Otra vez el mismo truco mentiroso de disfrazar de estadista a una perinola humana que da vueltas y vueltas con tal de llegar un día al sillón de Rivadavia.
Siempre digo que Cristina es la persona que más daño le hizo a la Argentina y la que más daño le puede seguir haciendo. Ungir a Sergio Massa sería su próxima puñalada a un cuerpo social que ya no aguanta más los dolores.
Nadie puede planificar nada en esta tierra arrasada por Cristina y su banda delictiva. No hay precios de los productos y no hay productos. No hacen nada para frenar la inflación que coquetea con la híper y por el contrario toman medidas para acelerar y profundizar el estallido económico. Pero lo más grave es que el kirchnerismo se ha transformado en el aguantadero de todo tipo de delincuentes. De los corruptos ladrones de estado como Cristina, Boudou, Lázaro, Uribarri y cientos más. Y del lado de los dictadores criminales que gobiernan Cuba, Venezuela, Rusia e Irán.
En esa no se equivocan. Siempre del lado de los victimarios.
Se tiran con todo. Con la misma saña con la que les tiran a los periodistas, jueces y opositores, ahora los misiles explotan puertas adentro.
A 20 años del comienzo del kirchnerismo, estamos asistiendo al comienzo del fin. Cristina lo hizo.
No se equivocan nunca. Siempre están del lado del eje del mal. A favor de los victimarios y en contra de las víctimas. La cultura presuntamente progre, pero en realidad, profundamente reaccionaria e inhumana del falso garantismo zaffaroniano fue entronizada por Néstor y Cristina.
¿Hasta cuándo van a seguir repitiendo esas boludeces de que la seguridad es una bandera de la derecha y de los ricos? Todos los días matan laburantes o jubilados.
Siempre apelan a ese dogma jurásico de ponerse del lado del mal. Con Putin, Daniel Ortega, Maduro o Hamas, más allá de nuestras fronteras. Con los violadores que tienen su misma camiseta partidaria como José Alperovich. Con los jerarcas sindicales millonarios y patoteros tipo el Pata Medina o el clan Moyano. Con los ladrones y criminales liberados de las cárceles al comienzo de la pandemia con una frivolidad suicida o con los corruptos de estado como Amado Boudou y Milagro Sala, por ejemplo. Y nombro a estos dos delincuentes porque ambos están condenados con sentencia firme, incluso de la Corte Suprema de Justicia.
A veinte año de sus desembarco nacional, el kirchnerismo, cuesta abajo en su rodada, entró en una etapa de grave irresponsabilidad institucional. Se pelean en la cubierta del Titanic. Pero lo peor, es que el combate feroz entre ellos, es por llevar el féretro de un gobierno que ya está políticamente muerto. Todos los ministros huyen o quieren huir. Los funcionarios no saben con quien hablar y la parálisis de gestión va derechito hacia un colapso social.
Néstor y Cristina vinieron por todo, y para siempre y no dudaron en fracturar nuevamente a los argentinos. De todos los pecados capitales que cometió el matrimonio Kirchner, tal vez este sea el peor de todos. El que más retraso y dolor generó en nuestro bendito país y el drama que más tiempo va a llevar poder superar.
Y esto es lo más profundo que se va a dirimir en las próximas elecciones. Es la confrontación en las urnas entre un modelo chavista que genera más pobreza y menos libertades y otro republicano popular que quiere volver a la producción, el mérito y a insertarse entre los países que progresan y no entre los que regresan como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Las decadencia K ya lleva 20 años a nivel nacional. Es hora de que los argentinos con su voto cierren esta etapa nefasta y peligrosa. Las urnas están abiertas.
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