Francisco Cerúndolo dio el gran golpe en el Foro Itálico: avanzó a los cuartos de final del Masters 1000 de Roma al derrotar por 6-7 (7-3), 6-2 y 6-2 al siempre peligroso Jannik Sinner (8° del ranking mundial), que además de su jerarquía estuvo acompañado por su gente. Finalmente, el público italiano se rindió ante este porteño de 24 años que se recuperó de la adversidad y sometió a un rival mucho más experimentado y acostumbrado a etapas de definiciones.
En cuartos, el argentino, ubicado en el 31° puesto del ranking, se medirá con el noruego Casper Ruud, a quien había vencido recientemente, en los octavos de final de Barcelona. El triunfo de Cerúndolo llega en el momento justo, con miras al segundo torneo de Grand Slam de la temporada, Roland Garros. Por eso ese festejo furioso, después de una victoria llena de autoridad, abrochada en 2 horas y 24 minutos. Pero nada de adelantarse a lo que sucederá en el Bois de Boulogne desde la próxima semana: quiere disfrutar de este certamen, como vivió el año pasado en canchas duras, cuando llegó hasta las semifinales de Miami.
Mientras tanto, Cerúndolo sigue sumando su foja de éxitos ante jugadores top ten, porque antes había derrotado a Ruud en Bastad 2022, cuando el noruego era el 5° del mundo, y lo volvió a vencer en Barcelona, como se mencionó, ya en condición de 3° del listado. Además sometió a Andrey Rublev (8°) en Hamburgo 2022, a Félix Auger-Aliassime (6°) en Miami 2023.
“Es uno de los mejores momentos de mi carrera, fue un partido increíble. Los primeros 15 minutos del primer set fueron difíciles, pero luego jugué mi mejor tenis. Jannik es uno de los mejores jugadores del mundo, su año es fantástico, así que estoy muy contento porque mi nivel hoy fue genial. Me dio mucha confianza”, arrancó comentando Cerúndolo, que habló sobre el clima del estadio: “Sabía que iba a ser así [con el público en contra] porque jugué contra él en la Copa Davis el año pasado en Italia. Ese día perdí en el tercero, pero el público estuvo muy intenso; hoy fue lo mismo. Es lindo jugar en este estadio, con esta gente. A veces uno se siente local, otras visitante, y uno tiene que estar preparado. Lo disfruté mucho, para ser honesto”. Y cerró hablando acerca de su actualidad como profesional: “Si soy el número 31 del mundo, quizá ese es el lugar que me corresponde. Estoy entrenando para mejorar, para escalar en el ranking. Trabajo muchísimo, así que espero poder seguir subiendo puestos. Ojalá pueda alcanzar el top 20 este año e ir más lejos”.
Un desarrollo parejo
Un primer game de larga duración dio la muestra de que se trataría de un match muy intenso. Y fue Sinner, después de aquella larga batalla inicial, quien terminó quebrando en el juego de apertura. Pero no tardó demasiado Cerúndolo en recuperarse y emparejar el duelo 2-2. Parecía que el jugador local encaminaba ese primer parcial al romper el saque del argentino y colocarse 6-5 con su saque. Sin embargo, Cerúndolo se restableció y volvió a quebrar cuando ya no tenía escapatoria, para conducir el duelo al tie break. Mucho más preciso, Sinner resolvió ese desenlace a siete puntos (7-3) y se adueñó de un parejo primer set en una hora y seis minutos, más allá de que esa paridad reveló también la misma cantidad de errores no forzados en ambos tenistas (21).
Cerúndolo asimiló muy bien el primer golpe emocional de haber perdido el primer set y pudo quebrar en el comienzo, para sostener luego su saque a puro drop. E incluso volvió a conseguir un break, aunque Sinner nunca se rindió y recuperó uno. Con esos escopetazos desde el fondo y dudas acumuladas en el italiano, Cerúndolo obtuvo otro doble quiebre para sacar con una ventaja 5-2. La suma de sus aciertos y los desajustes de Sinner llevaron a que el jugador albiceleste se asegurara el set en 38 minutos; sirvió para llenarse el tanque de confianza rumbo al set decisivo, acompañado de un rendimiento en ascenso y muchos menos errores no forzados que en el primer parcial (11).
No pudo haber habido mejor inicio del tercer set para el mejor jugador rankeado de nuestro país, aun con un debate ante el impire Carlos Bernardes, por una pelota cantada afuera de manera tardía. Y el argentino siguió martillando en el segundo set, metiendo desde todos lados y dejando expuesto a Sinner, que incluso evidenció cansancio en algún tramo. Nunca aflojó Cerúndolo y encaminó el partido hasta volverse superior en todos los aspectos del juego. Un triunfo redondo, inobjetable, que le dejó un aprendizaje y, sobre todo, la esperanza latente para lo que vendrá.
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