El pasado 6 de mayo se llevó a cabo la ceremonia de coronación del rey Carlos III a sus 74 años de edad, a la cual acudieron aproximadamente 2300 personas. El mundo entero puso los ojos en este histórico evento que no se realizaba desde el 2 de junio de 1953, tras 70 años de reinado de su madre, la reina Isabel II.
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A la importante ceremonia asistieron miembros de las casas reales europeas, dignatarios extranjeros y representantes de la sociedad civil, entre otros. Sin embargo, los espectadores pasaron por alto una extraña “imagen” que apareció en la puerta de la Abadía de Westminster. A partir de ese momento, los usuarios de Internet aseguran que se trata de “la muerte con una guadaña”. Pero, ¿cuánto hay de cierto en esta presencia?
Otros followers de redes sociales han vinculado esa extraña imagen con la presencia de la reina Isabel II. Otros, en cambio, indicaron que se trata de la exesposa del rey Carlos III, la fallecida Lady Di.
¿Cuál es la realidad detrás de la terrorífica imagen?
Debido a la gran viralización que tuvo esta escena en redes sociales alrededor de todo el mundo, la revista estadounidense Newsweek se comunicó con delegados de la Abadía de Westminster y logró confirmar el verdadero origen de la imagen.
Representantes de la iglesia indicaron que esta figura era la de un sacristán -miembro de la comunidad religiosa encargada de los servicios religiosos del evento-, cuyo trabajo es cuidar los ornamentos del lugar y la limpieza de los elementos que allí reposan.
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Así mismo, los usuarios en redes sociales indicaron que “podría tratarse de algún asistente a la ceremonia, puesto que algunos de los encargados del evento lucían trajes extravagantes y ostentosos”.
La inesperada reacción de una invitada al ver entrar a Harry a la ceremonia
Quien sí estuvo -y no se trató de ninguna imagen escalofriante- fue el príncipe Harry, hoy alejado de sus funciones reales tras pegar el portazo a la corona tras su casamiento con Meghan Markle.
En medio de su marcha en la ceremonia, avanzó y miró al resto de los presentes. En un momento dado, enfocó sin pensar la mirada hacia una persona especial, que no dudó en demostrar la felicidad que le generó verlo. Si bien la identidad de esta mujer aún es desconocida, ya se llevó todos los aplausos por no disimular su emoción, a pesar de estar en un evento real. Su reacción fue simple y no rompió con ningún protocolo: se limitó a sonreír cuando Harry caminó a la altura de donde se encontraba sentada.
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