Los principales referentes de Pro se reunieron hoy en un intento de frenar la escalada de conflicto interno que provocó la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de convocar a “elecciones concurrentes” en la ciudad de Buenos Aires, una medida que Mauricio Macri, su exmentor, calificó de inconsulta. Tras una extensa cumbre en San Isidro, que fue encabezada por el expresidente, buscaron dar por cerrada la polémica en torno a la doble votación en el distrito porteño y enviar una señal de unidad ante la inestabilidad cambiaria y el crecimiento de Javier Milei (La Libertad Avanza) en los sondeos.
A lo largo de la conversación, analizaron la situación financiera y la disparada del dólar blue, en la antesala de la reunión del próximo martes de la mesa nacional de Juntos por el Cambio con los economistas del espacio. A su vez, debatieron la estrategia electoral con vistas a los próximos comicios. No hubo definiciones sobre las candidaturas, pero concordaron en que deberán articular la política y coordinar una narrativa económica para consolidarse como una alternativa de gobierno y evitar el desgaste de la lucha interna de poder.
El encuentro entre los jefes opositores, que se extendió durante más de dos horas, se realizó en la casa del exministro de Trabajo Jorge Triaca y contó con la presencia de los aspirantes presidenciales de Pro: Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.
El tema más álgido, en la previa del cónclave, era la discusión por el armado en la Ciudad, pero, finalmente, no lo abordaron en profundidad. Incluso, según pudo reconstruir LA NACION, la mayor parte de la reunión transcurrió en un clima de camaradería. Hasta hubo bromas sobre la superpoblación de candidatos en la grilla de Pro en el distrito porteño, base electoral del principal partido opositor. ¿Macri dio por concluido el enfrentamiento con Larreta o ya habían aclarado sus diferencias antes del mitin? Eso presumen otros referentes de la fuerza.
Por lo pronto, los jefes de Pro entendieron que estaban frente a un punto de inflexión por la proximidad del cierre de listas electorales y la agudización de la crisis económica. Atentos al fenómeno antisistema de los libertarios, apuestan a apaciguar de forma urgente la interna de Pro. Está claro que temen una fuga de votos a Milei ante el desmoronamiento del Gobierno en las encuestas. Visualizan que la marca de Juntos por el Cambio no crece pese al desgaste que sufre la opción del oficialismo por la inflación y la inestabilidad cambiaria. Es decir, la principal coalición opositora no capitaliza la crisis del peronismo. Las autoridades de Pro procuran mostrarse amalgamados para ser la contracara del Gobierno y no reflejar una imagen similar a la del experimento del Frente de Todos, cuya gestión nacional quedó atrapada en una interna descarnada entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
Con ese trasfondo, durante la charla en la casa de Triaca, Macri, Larreta y Bullrich, entre otros, debatieron sobre el escenario bonaerense y discutieron, sobre todo, la táctica para neutralizar a Milei y la posibilidad de incorporar a José Luis Espert a Juntos por el Cambio.
Los líderes de Pro intentaron exhibir un gesto de distensión ante la opinión pública en medio de la fuerte incertidumbre por el futuro de la economía debido a la tensión cambiaria. De hecho, posaron para una foto conjunta, que había sido conversada con antelación. Ese fue el mensaje más potente de la reunión en la que no hubo definiciones resonantes. El nivel de confrontación interna había aumentado en el partido fundado por Macri desde que Larreta dispuso la doble votación en la ciudad de Buenos Aires, como le pedía su socio más estrecho en JxC, Martín Lousteau (UCR), para que el radicalismo compita en igualdad de condiciones con Pro en su base electoral. Hoy, buscaron dar por cerrado el conflicto.
Cada uno de los popes de Pro asistió a la cumbre en San Isidro acompañado por dirigentes de su confianza. Macri estuvo escoltado por Fernando De Andreis, Larreta fue con Diego Santilli; Bullrich, con Federico Angelini, y Vidal, con Cristian Ritondo. Santilli y Ritondo pulsean por la candidatura a gobernador de Pro en Buenos Aires, el distrito más influyente del país, donde crecen la presión de los referentes bonaerenses de la fuerza para ordenar la interna.
Además, las autoridades de Pro intentaron unificar una postura en torno a la eventual incorporación de Espert a la principal alianza opositora. Ese fue uno de los temas centrales en la cumbre en San Isidro. Hubo una discusión tensa a la hora de tocar el asunto.
Después de que la UCR, la CC, Miguel Pichetto y Larreta dieran el visto bueno, Bullrich aceptó la inclusión del economista y decidieron avanzar con el tema. Consensuaron que conformarán una mesa de Pro, en la que no estarán los candidatos a presidente, pero sí habrá representantes de cada sector, que tendrá la misión de reunirse con el economista y principal exponente de Avanza Libertad para definir los términos de su incorporación.
En ese marco, ratificaron la voluntad de Pro de ampliar al conglomerado opositor, pero quieren saber si Espert desea ser competir en la provincia o disputar la Presidencia. Es que Bullrich desconfía de un intento del jefe porteño de instalar a Espert en la interna nacional de JxC para quitarle adhesiones a su boleta. Cerca suyo despotrican contra el jefe porteño: lo acusan de “financiar” o plantar candidaturas en el tablero para perjudicar a rivales internos o negociar, como hizo en la ciudad, dicen, con Fernán Quirós o Soledad Acuña. Por su parte, el larretismo argumenta que el espacio necesita exhibir una oferta liberal para contener a Milei. Bullrich cree que Espert podría ser competitivo en Buenos Aires.
La plana mayor de Pro también discutió sobre la estrategia para enfrentar al kirchnerismo en la provincia. En el vasto territorio bonaerense, que concentra más de 40% del electorado, tampoco hay consenso entre los altos mandos de Pro en torno a las reglas de juego para la competencia interna. El largo proceso de transición de liderazgos que se inició en 2019 genera turbulencias constantes. En ese marco, los intendentes de Pro presionan a la plana mayor para que impulsen un ordenamiento que no ponga en peligro el dominio de sus distritos.
En la casa de Triaca evaluaron con preocupación la chance de que Axel Kicillof desdoble la elección general en Buenos Aires -o aplique el sistema concurrente- podría complicar la estrategia de JxC en esa geografía. Por ahora, se mantiene la posibilidad de que haya una competencia en la categoría de gobernador.
Pero, en caso de que Kicillof separe los comicios -las primarias se realizarán en la misma fecha que las nacionales-, en Pro especulan que ganarán terreno los candidatos más “taquilleros” para pelear con Kicillof. Hasta ahora, Santilli se mantiene en la cima de los sondeos, seguido por Ritondo.
Hoy, los jefes de Pro acordaron que la flamante mesa de San Isidro se juntará con las máximas autoridades del partido en Buenos Aires para avanzar con un ordenamiento. ¿Se impone la posibilidad de unificar la candidatura a gobernador? Por ahora parece complicado que Bullrich o Larreta acepten esa chance. El jefe porteño, que ya aceptó el esquema de “V” en los municipios de Pro por la presión de sus aliados, teme perder entre tres o cuatro puntos que le aportaría Santilli en Buenos Aires. Por ahora, Vidal sostiene su ambición de disputar la Presidencia, pero ayer volvió a preparar el terreno para declinar su postulación.
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