La Comisión Nacional de Valores (CNV) empezó un camino de desregulaciones del mercado de capitales. El miércoles se redujo el parking para la compra de dólares financieros, entre otras medidas enfocadas en los bonos soberanos, resolución que fue firmada por Sebastián Negri: el hombre detrás de esas restricciones, que se establecieron durante el momento de mayor tensión cambiaria, aún hoy continúa a la cabeza de la entidad.
“Todavía no empezó la transición”, dicen puertas adentro del organismo. Negri puso a disposición su renuncia a finales de noviembre, justo después del balotaje, a la par del resto de los funcionarios que conformaban la administración de Alberto Fernández. Sin embargo, hasta el momento, no se la aceptaron.
Hubo varias idas y venidas. Reuniones entre el actual titular de la CNV y Santiago Bausili, el nuevo presidente del Banco Central. También con Pablo Quirno, quien asumió en los últimos días como secretario de Finanzas. Incluso se puso sobre la mesa la posibilidad de que Negri continúe con su gestión, al menos de momento. Pero rechazó la propuesta. El trato es que seguirá en el cargo hasta que se encuentre su reemplazante, para evitar que la entidad quede acéfala.
Mientras tanto, dentro de La Libertad Avanza analizan los nombres de quienes podría sucederlo en el cargo. La demora reside, sobre todo, por un requisito que se establece la Ley del Mercado de Capitales: el presidente de la CNV no podrá prestar servicios ni ocupar cargos directivos en entidades que estuvieron sujetas al control de la Comisión Nacional de Valores durante un plazo de dos años.
Es un cargo fundamental para el normal funcionamiento del mercado de capitales. Se encarga de establecer nuevos controles y condiciones para operar los tipos de cambio financieros -MEP y contado con liquidación-, así como también autoriza la emisión de nuevos activos para ampliar el horizonte de opciones del inversor, como la llegada de más certificados de depósitos argentinos (cedears).
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En ese escenario de recambio de Gobierno, Negri tuvo que desandar algunas regulaciones que él mismo estableció durante septiembre y octubre, meses en lo que los dólares libres se recalentaron en plena campaña electoral. Sin ir más lejos, el miércoles se unificó a un día hábil el plazo mínimo de permanencia que un comprador debe esperar entre la compra y la venta de un bono, más conocido como parking.
“En línea con la RG984 (del 30 de noviembre pasado), esta norma continúa con la flexibilización de medidas extraordinarias y transitorias que se habían tomado en momentos de mayor tensión cambiaria”, justificó un comunicado oficial de la CNV.
También se retrotrajo la prohibición de vender bonos soberanos (tanto Bonares -AL- como Globales -GD-) con liquidación en dólares por más de 100.000 valores nominales semanales, y se estableció que los agentes de liquidación y compensación (ALYC) ya no se verán obligados a presentar una declaración jurada semanal con todas las operaciones que concretaron en mercados del exterior, entre otras medidas.
Desde el Banco Central están llamando a los principales operadores del mercado para preguntarles qué regulaciones traban la normal operatoria. El objetivo es ir, de a poco, desregulando un mercado que aún hoy es muy restrictivo.
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