26 de diciembre de 2024

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Dólar recargado: renuncias y dardos envenenados en el Gobierno que encarecen la factura de lo incierto

El mundo de las finanzas vive de las expectativas. En los últimos días, tres importantes economistas describieron un paisaje a futuro de mayor incertidumbre, pesimismo y alarma. Un pedazo de esa imagen se vio hoy.

El primero sugirió que “lo incierto es peor que lo malo”. Los agentes económicos le tienen terror a la imprevisibilidad. Eso conecta directamente con la visión del segundo, un verdadero pesimista argentino, que dijo que, “desde que se inventó la pala, siempre se puede caer más profundo”. Traducción: no sabemos a dónde vamos, pero siempre se puede estar peor. La última experta dejó una enseñanza de un viejo diablo de la economía que fue su profesor y, por ende, ya vivió muchas crisis en el país. “El dólar es el pasaje al Arca de Noé. Se viene el diluvio y no hay pasajes”.

La intempestiva reacción del dólar es uno de los costos de la mayor incertidumbre que tiene la economía argentina, mucha de ella agregada por la política. El mejor termómetro para medir el miedo de los argentinos es el mercado cambiario alternativo, porque es un equivalente de la vitalidad de la demanda de pesos. Hoy está en terapia intensiva.

Una inflación núcleo anualizada corriendo al 130%, reservas netas en el Banco Central (BCRA) en torno a los US$2000 millones, un oficialismo desintegrándose y emparchando una política que acumula distorsiones, una oposición con un fracaso a cuestas que se desangra por el poder, y Javier Milei y su dolarización como un significante vacío creciendo cada vez más en las encuestas de la mano de un voto bronca. La pregunta quizás no es por qué subió el dólar, sino por qué está tan barato en un contexto de un equilibrio inestable extremo como el actual y cuando ninguno de los actores políticos encargados de tomar decisiones lo hace pensando en cuidar el capital de empresas y trabajadores.

Una novela cara

La primera responsabilidad es del Gobierno. En el propio Ministerio de Economía que dirige Sergio Massa afirmaron en los últimos días que se instaló una campaña anunciando su renuncia, que se profundizó en las últimas horas. Dijeron que esa fue la causa principal de la disparada del dólar blue. Cerca del ministro desconfiaron de todos. En el cristinismo apuntan a Casa Rosada y al Banco Central (BCRA). “Es muy difícil con esta gente”, sugieren cerca de la vicepresidenta.

“Hola Leandro, desconozco cuáles serían las altísimas fuentes, porque no es ninguno de los altísimos funcionarios a los que consulté. Pero en la Casa Rosada ni filtramos ni desmentimos inventos periodísticos. Más allá de la novela que algunos medios crean…”, tuiteó la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, contra el editor de Página/12, Leandro Renou. El periodista había escrito en la misma red social que “altísimas fuentes” del Gobierno habrían pensado en que el exCEO de Syngenta y ahora exjefe de asesores de Alberto Fernández, Antonio Aracre, fuera al Ministerio de Economía en lugar de Massa. Es la misma información que Carlos Pagni contó ayer en su editorial de Odisea Argentina. En la oficina que ocupa Aracre negaron que esa versión saliera de allí y apuntaron al BCRA. En la entidad que dirige Miguel Pesce, en tanto, no descartaron que haya salido de la oficina de Aracre. Una novela carísima. Aracre renunció hoy.

Hola Leandro,
desconozco cuáles serían las altísimas fuentes porque no es ninguno de los altísimos funcionarios a los que consulté. Pero en la Casa Rosada ni filtramos ni desmentimos inventos periodísticos. Más allá de la novela que algunos medios crean… https://t.co/DHA0l3DeKD

— Gabriela Cerruti (@gabicerru) April 18, 2023

“La ambición de los mediocres que creen que se crece destruyendo al otro sólo genera ruido”, les dijo Massa a “Rolo” Figueroa y a Alberto Weretilneck en un almuerzo que tuvo con ambos en el Ministerio de Economía este mediodía. El ministro lo niega permanentemente, pero llena todos los casilleros de candidato: presentó el mundial sub-20, repartió subsidios entre artistas (film+Ar) y se juntó con los dos primeros ganadores en las provincias (Neuquén y Río Negro).

En el quinto piso del Palacio de Hacienda dijeron que una campaña a través de “tuiteros” y notas periodísticas generaron la versión de que se iba. “El mercado entró en temor por eso. Es cierto”, decían hoy, y negaban que esa versión hubiera sido generada por el propio equipo del ministerio para dejar en claro la importancia de su figura para mantener la estabilidad. “Nos dañaría a nosotros”, comentaron. También descartaron haber pedido otra renuncia para que Massa siguiera en el cargo. La versión era que el ministro buscaba desplazar al presidente del BCRA, Miguel Pesce, con el que tuvo desacuerdos por la implementación del dólar agro (el atraso en el arranque por la apertura de la cuenta dollar linked).

A eso hay que sumarle que Economía –contaron– critica otra demora: la de la política de tasas de interés del BCRA luego del dato de inflación del 7,7%. “No creo que quieran ni [Lisandro] Cleri ni Massa que Miguel se vaya”, dijeron fuentes de la entidad monetaria. Massa necesita tasas de interés positivas reales no sólo para intentar restablecer la demanda de pesos, sino también para cumplir con el compromiso con el Fondo. “¡De verdad tengo que aclararlo! ¿Me pasé cuatro día con el FMI para irme?”, vociferaba enojado hoy el ministro sobre su estadía en Washington.

Otras causas

En la capital estadounidense, el ministro dio un batacazo. Logró que, por la sequía, todo el programa de Facilidades Extendidas con el FMI será recalibrado. Pese a que el mercado ya descontaba un posible incumplimiento, la meta de déficit fiscal de 1,9% para este año era el ancla –la única– para intentar frenar la inercia inflacionaria. De ella dependía la necesidad de asistencia del BCRA al Tesoro, otra de las metas. Entre economistas no había dudas de que la sequía implicaría una recalibración de los ingresos estimados y de los dólares a ser acumulados. El temor es que el cambio en el programa habilite un “plan platita” para las elecciones presidenciales en las que Massa podría ser el jugador del oficialismo.

Esta posibilidad de incrementar la emisión monetaria, montada en una inflación de tres dígitos, pone nervioso al mercado cambiario. La emisión ya corre con el dólar agro –hoy las cerealeras no liquidaron por el ruido en el mercado– y por el interés que paga la enorme bola de Leliq y pasivos remunerados del BCRA. No por nada se calentaron las posiciones del dólar futuro (agosto-23), que llegaron a un máximo (tasa efectiva) buscando cobertura, contó el economista Salvador Vitelli. Otros que se cubren, pero con los precios de sus productos, son los importadores, cada vez más restringidos.

Es imposible que los dólares libres no sigan a la inflación, que acelera, y a la devaluación del dólar oficial que mueve a las puntas de las cotizaciones a las que se puede acceder en el mercado, el “ahorro” (piso) y el “qatar” (techo). Si el dólar hubiera seguido al IPC desde la corrida cambiaria de octubre de 2020 (a $195), el paralelo debería estar hoy en $741.

La política suma incertidumbre. A las novelas ya contadas en el oficialismo, la falta de liderazgo y la lucha por definir la oferta electoral en la oposición sólo trae dudas. A eso se agrega “el factor Milei”.

“La dolarización es absolutamente viable”, se lo escuchó decir en los pasillos del Llao Llao, citando metodologías de Carlos Rodríguez, Emilio Ocampo y Roberto Cachanosky, y la de La Libertad Avanza, de la que no dio detalles, salvo de que puede hacerse con endeudamiento. “La casta no son solo los politicos ladrones. Son los empresarios prebendarios y los banqueros que viven de hacer negocio con el Estado. Vengo a terminar ese robo”, dijo sobre los temores que despierta.