31 de mayo de 2025

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Sin candidatos, el kirchnerismo y el albertismo tensionan por el “reglamento” de una eventual PASO en el FDT

A casi dos meses del cierre de listas, el oficialismo está sin candidatos a presidente ni estrategia electoral. Con el reloj de arena dado vuelta, representantes del kirchnerismo y del círculo chico de Alberto Fernández hacen intentos por fijar las bases y condiciones de una eventual PASO, que es, por ahora, la principal hipótesis de trabajo del peronismo. Es una conversación en la que también talla Sergio Massa, que aunque evita embarrarse en lo electoral tiene mucho en juego en esas negociaciones.

“No hay una definición política, pero tenemos que ir avanzando con la discusión técnica e instrumental por si termina de decantar la PASO”, describieron cerca de uno de los principales interlocutores del kirchnerismo.

Las tratativas, según pudo reconstruir LA NACION, no fluyen con facilidad. No hay una distensión entre las partes y cada asunto que se pone sobre la mesa es difícil de consensuar. En el temario está desde la cantidad de listas que se podrían presentar en agosto hasta la integración de las nóminas de diputados de cara a los comicios generales. También se discute la situación de los distritos en donde hay un candidato de consenso y, en particular, el caso de la provincia de Buenos Aires: según el esquema que se defina, Axel Kicillof podría tener competidores, o no. “Por ahora cada sector hace su juego: avanzar con algo pulido por el momento parece Suiza”, ironizó un colaborador del albertismo.

El principal negociador por el kirchnerismo es el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el más interesado en la PASO, porque es el único del círculo chico de Cristina Kirchner que está autorizado a posicionarse como precandidato presidencial. Detrás de él está Máximo Kirchner, que terminó aceptando un escenario de internas en las últimas semanas y se involucró en algunas tratativas.

Del otro lado, el mayor mediador es el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, que siempre mantuvo una línea abierta tanto con Máximo como con Cristina Kirchner. En los ida y vuelta también intervienen, por momentos, el canciller Santiago Cafiero; el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Lo grueso, no obstante, se conversa entre De Pedro y Olmos.

La intención de los negociadores es llegar con una base de acuerdo al Consejo del PJ, que todavía no tiene fecha. Uno de los funcionarios que están en esa organización consideró que, de mínima, hay que definir un reglamento y un documento conjunto entre fines de abril y principios de mayo. Antes de junio, además, la formalidad partidaria exige reunir al Congreso del PJ, que implica congregar a unos 900 congresales. Algunos hablan de hacer ese encuentro en el estadio de Ferro, como en 2019. Un referente albertista se aferró al simbolismo: “Al menos esa vez nos trajo suerte”. Aún no hay nada cerrado.

Cláusulas y condiciones

Al inicio de las conversaciones, el kirchnerismo planteó que la PASO del Frente de Todos se dispute únicamente entre dos fórmulas. “Dos modelos, A o B, que compitan dos propuestas claras”, apuntaron cerca de uno de los negociadores. Pero ese plan -que explicitó De Pedro hace 15 días cuando dijo: “Hoy lo que está es ir a unas PASO con dos fórmulas”- empezó a ponerse en duda en los últimos días.

“Es cierto, se planteó, pero hoy no está totalmente cerrado”, dijeron cerca de uno de los interlocutores. “No”, dijo uno de los hombres del Presidente, consultado por LA NACION sobre si se llegó a un acuerdo para sintetizar la contienda en dos candidatos a presidente.

Como parte de su estrategia de presión, el kirchnerismo plantea un escenario en el que el Presidente jugaría solo (con su círculo chico) contra el resto de la coalición de Gobierno. “El Presidente de la Nación muchas veces manifestó el deseo de presentarse, con lo cual sería muy lógico que, si tiene ganas, se pueda presentar. Y yo voy a hacer lo que Cristina, los gobernadores, los intendentes, la militancia, lo que lo todo el espacio político analice que es más conveniente: puedo estar pegando carteles o puedo ser candidato”, dijo De Pedro en las últimas horas en esa sintonía.

De hecho, cuando De Pedro y Máximo Kirchner comenzaron a admitir públicamente un escenario de PASO, redoblaron la apuesta y desafiaron a Alberto Fernández a que, debajo suyo, arme “su propia lista” de candidatos, con su gente.

En ese reto a duelo, el kirchnerismo imagina que tendría de su lado a Sergio Massa, por la irritación cada vez mayor del líder del Frente Renovador con la Casa Rosada. Pero eso no es tan claro: la primera semana de mayo el Frente Renovador hará su congreso y en ese sector aseguran que quieren llevar su propia nómina. “Si el FDT va a promover PASO, el Frente Renovador va a presentar candidatos en todas las categorías”, dijeron en ese espacio.

Existe ahí un doble juego en el massismo, porque mientras la dirigencia de base pide ir con una lista propia, su jefe político, Massa, procrastina la cuestión electoral amparado en las urgencias económicas que debe atender.

Integración

El otro eje de las conversaciones es la integración de listas legislativas una vez superadas las PASO. Es decir, cómo se armaría la nómina definitiva de diputados nacionales y qué lugares se le daría a la lista que pierda en agosto. En el kirchnerismo, días atrás, eran tajantes: “El que gana se queda con todo”.

Pero en el albertismo descreen de ese desafío. “Eso es una chicana que no existe, nunca es así. Históricamente el peronismo le dio el 75% de los cargos a la lista ganadora y el 25% a la minoría, pero algunos plantean que es más justo el sistema D’Hont”, dijo un importante funcionario albertista.

La provincia

El otro punto a discutir es qué actitud tomar en los distritos en donde hay un único candidato claro. “¿Qué vamos a hacer en los distritos donde no hay internas como Catamarca, con Raúl Jalil? Tenemos que llevar el formato de Y, donde el postulante de la provincia va colgado de las dos listas”, consideró un importante funcionario de diálogo cotidiano con el Presidente.

Ese planteo tiene su principal interrogante en Buenos Aires. La propuesta para que el sector de Fernández presente una lista sin kirchneristas implicaría una PASO en la categoría gobernador de la provincia, la madre de todas las batallas. Es decir, que Axel Kicillof deba disputar una PASO con el postulante que designe el Presidente. En La Plata no están convencidos de esa idea, pero no es la primera vez que el camporismo avanza a pesar de la voluntad del gobernador.

“No hay problema, nosotros llevamos a Victoria Tolosa Paz”, lanzó un ministro albertista a LA NACION. Otro funcionario cercano al Presidente apuntó: “¿Axel solo va a ir colgado del kirchnerismo? Ellos dicen eso pero es una chicana, porque eso puede complicar a Kicillof en agosto y hacer que el peronismo pierda la provincia”.

Y agregó, desesperanzado: “Si tuviéramos un candidato de 17 o 18 puntos, iríamos todos atrás de ese, pero no lo tenemos. Entonces acá lo que tenemos que hacer es una PASO negociada que genere alguna expectativa. Porque las opciones de este año para el peronismo son ganar, perder o hacer un papelón”.